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VINO Y COCINAS DEL MUNDO
El secreto de un buen maridaje está en dar con la combinación
vino-plato que mejor resalte las cualidades de uno y otro. Se puede conseguir a
través del contraste de sabores del vino con el plato o por complementariedad,
donde cada uno aporta su carácter para
contribuir a la sensación global.
Por sus características, los vinos de COMPAÑÍA DE VINOS TRICÓ,
armonizan a la perfección con un amplio surtido de platos de la rica
gastronomía mejicana, japonesa, de fusión, española, etc. que aúnan una multiplicidad de sabores, muchas de ellas incluso con un
toque picante.
TRICÓ acompaña perfectamente
un guacamole, y platos típicos como el pozole, unas enfrijoladas, unas
quesadillas o unos tamales de elote. También armoniza con sushis y con platos de la rica cocina de
fusión donde se produce un encuentro de ingredientes exóticos.
NICOLÁS por su complejidad y equilibrio armoniza
muy bien con las picadas veracruzanas mejicanas y una
amplia variedad de sashimis, así como gana protagonismo con los productos de
mar, arroces y platos marineros.
TABLA DE SUMAR con su fácil paso de boca es
la compañía indicada para unos chilaquiles verdes o al
horno y con pescados a la parrilla.
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CLAUDIA se muestra muy versátil con la cocina mediterránea donde los productos frescos y de mar son la base de un rico recetario de reconocido carácter saludable. Por su amabilidad, es perfecto para carnes blancas, sobre todo con aves de corral y si llevan alguna salsa con base cremosa o toques cítricos.
ANTÓN es un tinto donde la frescura y viveza, que son
su mejor baza, ofrecen una gran armonía con guisos, ternera, una carpaccio de
wagu coreano o unos tamales de pejelagarto mejicano.
Los vinos elaborados por la COMPAÑÍA DE VINOS TRICÓ son un aliado
perfecto para la cocina gallega de marcado carácter marino. Tradicionalmente,
los platos típicos de una comarca se acompañan bien de los vinos que se
elaboran en la zona porque ambos se complementan y ninguno resta protagonismo
al otro. Los albariños contribuyen a
resaltar las cualidades de los mariscos y pescados locales, sin perder su propia
personalidad. El único truco es que a
mayor elaboración de un plato, mayor complejidad debe tener el vino.
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